DE GUAYAQUIL A SPRINGFIELD

Por: José Alvarado Hidalgo

Es probable que cualquier persona enfrente, en algún momento de su vida, un proceso de cambio y adaptación; los deportistas, desde muy jóvenes se exponen a esos retos para desarrollar su potencial en la disciplina a la que se dedican y aprovechar esas oportunidades que, según dicen, se presentan una sola vez en la vida.

Sebastián Pino es un futbolista guayaquileño que aprovechó una de esas oportunidades. Él consiguió becarse en la Benedictine University, un centro de estudios de Springfield - Illinois, EEUU. “Mi acercamiento al fútbol fue bastante tarde. De pequeño jugaba solo por jugar. Recién a los 13 años comencé a cogerle gusto”, expresa cuando recuerda sus primeros pasos en el deporte. Un día, mientras participaba en la copa de su colegio, William Poveda, scout le recomendó que piense en postularse para una beca deportiva en el extranjero porque tenía potencial.  “No comencé mi proceso hasta sexto curso cuando ya lo había pensado bien”, detalla Pino.

Poveda realiza asesorías a deportistas que destacan en distintas disciplinas como tenis, fútbol y béisbol, a través de la Consultoría Integral de Estudios Extranjeros (CIEX). El representante destaca que en la empresa se encargan de “identificar al deportista, reclutar y promocionarlo para que puedan ganar becas deportivas.” Por medio de esta empresa “250 chicos han sido becados en universidades de EEUU desde el 2009”, detalla.

El deportista es asesorado por CIEX, pero debe aprender por si solo al sumergirse en la nueva cultura. “Antes de llegar a EEUU no sabía lavar mi ropa, limpiar mi cuarto, ni cocinar. Todo eso lo aprendí cuando comencé a vivir allá”, explica Pino. El deportista confiesa que se dio cuenta de que “la gran mayoría de personas  (en EEUU) comienza a trabajar desde jóven. A partir de los 18 o 19 años, (los jóvenes) ya no viven con sus padres, en Ecuador es lo contrario.”

Muchas veces, en estos casos se puede dar un shock cultural. Un reconocido antropólogo canadiense llamado Kalervo Oberg definió que este fenómeno “se precipita por la ansiedad que resulta de la pérdida de signos familiares y símbolos de las relaciones sociales”, es decir, todo lo que la persona veía como familiar, desaparece.

Bryan Correa es otro futbolista que también fue becado en la Benedictine University. Juega en la posición de lateral izquierdo en el equipo de la universidad.  A él le llamó mucho la atención las diferencias entre los estadounidenses y los ecuatorianos. “Son muy diferentes. Allá la gente es más fría, más independiente. En Ecuador, la gente es más abierta y carismática”, puntualiza. Además de las lesiones, enfatiza Correa, hay otro hecho que destaca entre lo más difícil que le ha tocado vivir en EEUU: “El sacrificio de estudiar fuera de tu país implica estar lejos de tu familia y seres queridos.”

A pesar de las complicaciones de vivir sin familiares en un país extranjero, Sebastián y Bryan han logrado superarlas gracias al apoyo entre coterráneos. “Me sirvió haber ido a la misma universidad a jugar fútbol con 3 ecuatorianos más”, destaca Correa.  Para Pino lo que le parecía intimidante terminó siendo lo más destacado de su experiencia: “Lo mejor fue conocer gente nueva, vivir en una nueva cultura y tener la oportunidad de jugar futbol y estudiar al mismo tiempo.”

Por ahora, ambos jugadores están vacacionando en Ecuador. Volvieron al calor de Guayaquil, a la comida que tanto querían volver a saborear y a tener de cerca a sus familiares y amigos que tanto extrañaron en el frío clima de Springfield.

0 comentarios :

Con la tecnología de Blogger.